A su juicio, la salida a la crisis pasa por la aplicación de los diez puntos de rectificación propuestos por Izquierda Unida. "Si no se da la transformación, no habrá nunca empleo para tdos, ni prestaciones para los desempleados", dijo.

Camacho señaló que, para negociar, es necesario equilibrar las fuerzas y establecer un diálogo "de tú a tú", y se mostró convencido de que el único medio para lograrlo es la huelga general, cuya fecha será definitivamente establecida a finales de esta semana.

Explicó que la convocatoria de la huelga debe ser un escalón más en la presión continuada de las movilizaciones defendidas por Izquierda Unida para forzar una rectificación en la política de Gobierno.

Por su parte, el dirigente de Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía Luis Pizarro coincidió con Marcelino Camacho en que la de enero será una huelga general diferente, porque contará con el apoyo no sólo de los trabajadores, sino del conjunto de la sociedad.

"La situación económica afecta a los más distintos niveles; de ahí que Izquierda Unida haya iniciado una campaña en sectores tan varios como vivienda, salud o drogas", indicó.