El fin es dar un respiro a la convivencia entre ancianos y parientes, evitando a la vez que muchos hijos dejen a sus padres en residencias permanentes de la CAM cuando van de vacaciones, al no querer ir acompañados de nadie a quien tener que cuidar.

Las autoridades regionales creen que de esta forma las personas mayores tienen una oportunidad de cambiar de ambiente sin irrumpir en el régimen cotidiano de las residencias de tercera edad, ue mantienen a la misma población durante todo el año.

Este verano la Comunidad de Madrid ha ofrecido y concedido un total de 192 plazas en cuatro turnos de quince días, entre el 1 de julio y el 31 de agosto, para las que ha recibido 225 solicitudes, según informó a Servimedia Margarita Pedruelo, directora general de Servicios Sociales Especiales.

El servicio persigue que tanto ancianos como familiares puedan "desconectar" unos días, explicó Pedruelo.

Los principales criterios para adjudicarlas plazas son los menores ingresos, que se trate de personas que se valgan por sí mismas y que estén empadronadas en el municipio de Madrid.

Una vez que el candidato es seleccionado, deberá pagar un tanto por ciento del coste de la estancia, según la cantidad que reciba como pensión.

Preguntada por qué no entra en este programa experimental la tercera edad de otros municipios madrileños, Margarita Pedruelo respondió que "en la periferia no resulta excesivamente necesario", ya que los ayuntamients de estas áreas han detectado que muchas personas mayores vuelven a sus provincias de origen para pasar el verano.