Del total de la inversión, 194.456 millones, las tres cuartas partes, unos 141.000 correrán a cargo de la Administración central y el resto, unos 53.000, serán fondos de la CAM.

Las obras de mejora de las carreteras madrileñas están divididas en dos fases. El rimer cuatrienio de programación supone una inversión de cerca de 100.000 millones de pesetas y el segundo, unos 95.000.

El 30 por ciento del gasto total irá destinado a la realización del nuevo distribuidor exterior de la M-50, trazado entre la primera y la segunda corona metropolitana de municipios que tendrá características de autovía, con rodeos entre 15 y 20 kilómetros desde el centro de la capital y una longitud aproximada de 97 kilómetros.

Además de esta obra, el convenio recoge la autopisa Madrid-Guadalajara, con trazado paralelo a la N-II al norte del Corredor del Henares, las variante de la N-III, partiendo de la prolongación de O'Donnell, la N-IV, que se inicia en la M-50, y la N-V, intermedia entre la actual N-V y el eje Fuenlabrada-Leganés.

Asimismo, el compromiso de las dos administraciones incluye las plataformas reservadas para transporte público en la carreteras nacionales IV y 401, que suponen la continuación de la política iniciada por el MOPTMA con el carril BUS-VAO de la arretera de La Coruña.