Calviño hizo declaraciones en Londres a los periodistas, que le preguntaron por el dictamen del BCE conocido ayer sobre el impuesto español a la banca, en el que el organismo cuestiona varios aspectos y pide un “análisis exhaustivo” de las posibles consecuencias “negativas” para el sector.

El BCE sostiene en el informe, que no es vinculante, que debe considerarse “cuidadosamente en lo que se refiere a su impacto en la rentabilidad de las entidades de crédito afectadas y, por tanto, en su generación interna de capital y en su concesión de crédito” y cree que “no tiene en cuenta todo el ciclo económico” ni los gastos de explotación ni el coste del riesgo de crédito.

Calviño respondió que las cuestiones señaladas por el BCE “ya las tuvimos en cuenta” a la hora de diseñar el impuesto y consideró que la banca tiene un margen de maniobra “amplio” para asumir el gravamen porque “están anunciando beneficios récord”. Esto hace que el impacto sea “relativamente limitado”, en opinión de la vicepresidenta.

Además, Calviño recordó que el impuesto, planteado en forma de proposición de ley en el Congreso de los Diputados, se encuentra en trámite parlamentario, durante el cual “se mejorará el texto o se incorporarán aquellas enmiendas o propuestas más apropiadas y valiosas”.

Así, se reafirmó en que la iniciativa seguirá adelante y confió en que entre en vigor “lo antes posible”. Argumentó que las entidades están obteniendo beneficios “absolutamente extraordinarios”, mientras que las familias se están viendo impactadas por la subida de los tipos de interés.