El segundo de los capítulos en importancia fue cultura y tiempo libre, con un 19%, y el tercero, asistencia social y sanitaria, con un 15%, según informaron las cajas en un comunicado.

Los programas de medio ambiente y patrimonio histórico destinados a jóvenes, en su mayor parte de carácter didáctico, recibieron un 4% de los recursos.

En total, en 2005 se organizaron 20.766 actividades específicas de la obra social para infancia y juventud, 57 diarias, con una cifra aproximada de beneficiarios de ocho millones de personas.

En el área de educación, la mayor inversión se produjo en centros dedicados a enseñanzas especiales (negocios, idiomas e informática) y a formación técnica y profesional. En el capítulo educativo, las cajas también cuentan con centros de enseñanzas universitarias, educación infantil (primaria y secundaria) y colegios mayores residencias.

Precisamente, en la Convención de Obra Social de las Cajas, celebrada desde el pasado miércoles en Salamanca por invitación de Caja Duero con motivo de su 125 aniversario, se puso de manifiesto la trascendencia que tiene para la juventud una educación de calidad y una formación cívica, que no sólo mejoren la preparación para el mundo laboral, sino que también refuercen los valores de convivencia en libertad y de conciencia democrática.

MICROCRÉDITOS

Otras de las conclusiones principales de la convención hacen referencia a la decisión de crear una red española de microfinanzas, a la solicitud a las comunidades autónomas de una mayor coordinación entre ellas para lograr una regulación homogénea en materia de obra social y, en tercer lugar, a la creación de un base de datos conjunta sobre la acción y los resultados de las obras sociales.

En cuanto a la creación de la red española de microfinanzas estará abierta a las cajas que en la actualidad otorgan microcréditos, pioneras en esta actividad en España y las únicas que los conceden, a las que deseen incorporarse y también a cualquier otra entidad que decida trabajar en nuestro país con estos productos financieros de marcada orientación social.

Los objetivos de la red son dar a conocer esta forma distinta de hacer finanzas, facilitar el acceso al microcrédito y promover mejoras en su marco regulatorio.

Los microcréditos combaten la exclusión financiera al facilitar el desarrollo de proyectos viables de autoempleo, promovidos por emprendedores que necesitan financiación, pero no tienen acceso al crédito ordinario por falta de garantías o avales.

Desde la aparición de los microcréditos en España, las cajas de ahorros han formalizado más de 5.000 operaciones con recursos propios, por un importe aproximado de 50 millones de euros, con ratios muy favorables tanto de supervivencia de empresas como de morosidad.

El perfil del microcredista de las cajas de ahorros es una mujer inmigrante de 35 años, con una idea clara de negocio a pequeña escala en el sector servicios y que solicita un préstamo de 9.000 euros de media.

Con los objetivos de favorecer la cohesión social y territorial y minimizar los costes de burocracia en su marco de economía, las cajas solicitan a las comunidades autónomas una mayor coordinación de las distintas regulaciones en materia de obra social cuando una caja actúa fuera de la comunidad donde tiene su domicilio social.

Por último, se acordó la elaboración de una base de datos conjunta de la obra social de todas las cajas centralizada en la CECA, que permita una evaluación anual en términos de contabilidad social y facilite un nuevo paso en la mejora de la transparencia y en la rendición de cuentas a la sociedad.