Aunque su presidente, Francisco Allende, dejó bien claro hace unos días que no existe posibilidad de fusión de las cajas a corto plazo y que además dicho proyecto no está incluido dentro de ningún programa electoral, las opiniones al respeto se suceden.

Javier Hernández Bilbao, secretario general de Confebask, ha señalado que disponer de un entramado financiero competitivo que ofrezca un buen soporte para el desarrollo socioeconómico de Euskadi exige buscar la estructura más adecuada.

En declaraciones al diario "El Correo", Hernández Bilbao indicó que "la liberalización de capitales y la mayor competencia hacen cada vez más aconsejable abordar acuerdos de cooperación y estrategias conjuntas. Los pasos que las cajas de ahorros den n esta dirección serán positivos".

Por su parte, F. Gómez-Bezares, decano de la Universidad Comercial de Deusto, considera que el aumento de dimensión puede ser un factor de competitividad, "sobre todo para la proyección exterior de las cajas, pero también puede dar lugar a sinergias negativas. Todavía está reciente el proceso de fusión anterior y las fusiones son, en general, traumáticas. Además, al disminuir la competencia, puede bajar la competitividad. Las alianzas para temas concretos pueden resutar beneficiosas".

Para Jaime del Castillo, catedrático de Economía de la Universidad del País Vasco, "hay dos grandes modelos de bancos. Uno grande e internacional, otro pequeño, vinculado a los mercados locales. La elección es estratégica y política, pero su gestión debe ser sólo técnica. Si los poderes públicos piensan que pueden aceptar el planteamiento internacional y que es bueno para el país, adelante. Pero si lo que quieren es un instrumento político mayor, sólo conseguirán arruinar una institción que es rentable".

Por último, José Ramón Lopategui, secretario de Administración de UGT-Euskadi, opina que la experiencia en este tipo de fusiones ha sido negativa, tanto desde el punto de vista de generación de empleo como de mejora del servicio.

"En las cajas de ahorro vascas tampoco se ha generado más obra social, sino que se ha ido liquidando la que existía. La propuesta de fusión parece tener más una intencionalidad de acaparar votos que ir avalada por una necesidad económica o política, agregó.