En el caso de la telefonía móvil, el socio que parece perfilarse sería Telefónica, aunque la entidad madrileña encuentra inconvenientes como la confluencia de socios financieros que la empresa presidida por Cándido Velázquez logrará si se concretan en acuerdos las conversaciones abiertas con Argentaria, para entrar en su filial de servicios móviles, y el BBV y La Caixa, para lograr un acuerdo global que abarque más servicios.

A favor de esta hipótesis juega que la entidad madrilña está ya en el Consejo de Administración de Telefónica por las mismas razones históricas que el Santander y el BCH, ahora socios en Airtel, y que además está aliada a La Caixa en la firma IGR, dedicada al negocio de transmisión de datos.

Las fuentes consultadas indicaron que la entidad tiene clara su vocación inversora en negocios de futuro como las telecomunicaciones, criterio que es compartido por la propia Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). De hecho, existen otras entidades de ahoro españolas que analizan también la posibilidad de sumarse a algún proyecto de estas características.

Sin embargo, no ocultan que hay una doble intencionalidad en este tipo de inversiones. Por un lado, se pretende la presencia en el negocio floreciente de dar servicios de telecomunicaciones y, por otro, lograr una amplia base de clientela potencial para el negocio típico de la entidad de ahorro.

Este es uno de los puntos que más "está haciendo reflexionar" a los directivos de la caja, por cuantola posible presencia de Argentaria, La Caixa y el BBV en esta línea de negocio reduciría las expectativas de Caja de Madrid.

Si la caja madrileña opta por desestimar la entrada inmediata en el negocio de la telefonía móvil, sus responsables mantienen que no es descartable sumarse a los grupos que se formen en el futuro negocio del cable.