Por otra parte, la Caja de Terrassa aplicó 2.043 millones a dotaciones y saneamientos, un 36,9% más que en 1992, mientras que los ingresos procedentes de comisiones por servicios prestados fueron de 1.225 millones (11,44% de aumento), y el resto de ingresos se situaron en 510 millones de pesetas.

Los costes de explotación, 7.190 millones, se incrementaron en un 9,45 por ciento. Los gastos generales (2.079 millones) disminuyeron en un1,4%, mientras que los costes de transformación sobre activos medios fueron del 3,16 por ciento, con una disminución de 0,13 puntos sobre 1992.

Los recursos generados en el ejercicio se situaron en 5.187 millones, superiores en un 17,76% al año anterior, y el índice de morosidad fue del 5,68 por ciento. Según el director general de la entidad financiera, esta cifra se mantiene dos puntos por debajo de la media de las cajas de ahorros (7,57%) y de la media del conjunto del sistema financiero (7,67%). Los activos totales se incrementaron en un 7% respecto al ejercicio anterior y supusieron 231.219 millones. La Caja de Terrassa prevé aplicar unos 500 millones de pesetas del beneficio a dotar el fondo de la Obra Social para 1994.

Las inversiones crediticias netas se situaron en más de 117.000 millones, con un incremento del 11,4%. El desembolso de préstamos y créditos fue superior a los 50.000 millones.

Las hipotecas bajaron 4 puntos de media en 1993 y las distintas modalidades de financiació empresarial lo hicieron en unos 3,5 puntos.

Los recursos de clientes crecieron 23.000 millones respecto al año 92 (12,67%) y se situaron en 206.000 millones. El beneficio neto después de impuestos disminuyó un 4% y supuso un total de 1.727 millones.

La Caja de Terrassa cuenta con un total de 141 oficinas, 7 más que en 1992, y 13 cajeros más de autoservicio (161). A lo largo de 1993 la entidad lanzó tres líneas de financiación preferencial, dotadas con más de 14.000 millones de pesetas. Además, cnstituyó dos fondos de inversión propios.

Enric Mata señaló, entre las líneas de actuación estratégica previstas para 1994, la defensa del margen financiero por encima de la política de crecimiento, el rigor en operaciones de activo con el fin de mantener el índice de morosidad, la contención de los gastos de explotación y una política de expansión moderada.