Así lo dijo Gortázar durante la rueda de prensa para explicar los resultados obtenidos por la entidad entre enero y septiembre de este año en los que ganó 2.457 millones, un 17,7% más respecto al mismo periodo del ejercicio anterior sin los impactos extraordinarios por la fusión con Bankia y teniendo como base perímetros homogéneos.

Gortázar insistió en que no les gusta el nuevo impuesto porque se refiere a los ingresos y no al beneficio, de manera que, aunque se pierda dinero se debería pagar igualmente, y supone “discriminación” porque afecta solo a unas entidades.

Así, “no me parece lógico ni mucho menos perpetuarlo en el tiempo” y hacerlo "no temporal, sino permanente", tratándose de un tributo que “no está bien dirigido”, según Gortázar.

El consejero delegado de CaixaBank también afirmó que se mantiene la primera estimación de impacto por este impuesto de 450 millones de euros.

No obstante, señaló que hay que esperar a que se apruebe definitivamente, dado que se encuentra en tramitación parlamentaria. “Si la situación cambia, la estimación cambiará”, añadió.

Por otra parte, al ser preguntado por la posición del Estado en el capital de CaixaBank y si la entidad prefiere que se marche del capital, Gortázar respondió que está “de acuerdo” con que el Estado quiera irse y con que elija el momento para hacerlo.