El grupo, compuesto por ciudadanos checos y españoles, las introducía clandestinamente en España ofreciéndoles una serie de trabajos altamente remunerados. A su llegada, eran obligadas a ejercer la prostitución en clubes de la provincia de Madrid.

En la operación policial han sido arrestadas ocho personas y liberadas 17 mujeres (14 checas, 1 eslovaca, 1 venezolana y 1 ecuatoriana), que habían entrado en España haciéndose pasar por turistas.

Las jóvenes eran captadas en sus países a trvés de anuncios en prensa y en los que se ofrecía un trabajo legal que les proporcionaría unos elevados ingresos. En otros casos, eran contratadas como artistas o camareras, mediante la expedición de falsos documentos de espectáculos.

Una vez entregada la cantidad de 1.600 dólares, eran trasladadas de noche en furgonetas o vehículos particulares que atravesaban Alemania y Francia. En España eran recogidas por compatriotas suyos que las alojaban en un piso y posteriormente las trasladaban a los clubes n donde eran obligadas, bajo amenazas de muerte, a ejercer la prostitución para satisfacer su deuda con la banda. Cuatro de las víctimas acababan de cumplir los 18 años.

En uno de los clubes en los que trabajaban, denominado Kristal y ubicado en Arganda del Rey, los encargados del local habían instalado una cámara de vídeo simulada como si se tratara de una alarma, con la que grababan los contactos sexuales mantenidos por varias mujeres y sus clientes. Dicha cámara remitía las imágenes a un monitor exstente en la oficina del local, con lo que los clientes podían ser sometidos a todo tipo de extorsiones.

Según la Dirección General de la Policía, del volumen de negocio es indicativo el hecho de que en uno de los clubes inspeccionados, en tan sólo tres horas de actividad, se obtuvieron unos beneficios de cuatro millones de pesetas.