En una discusión familiar, Emery echó un spray en los ojos de su hijo de 20 años y al intentar éste quitarle el bote con un palo le hirió levemente en un ojo. Tras la reyerta, e jubilado cogió una escopeta, la cargó y amenazó con la misma a su hijo, quien logró huir.

Una vez que el joven alertó a la Policía, se personaron en el lugar dos agentes, y, después de llamar a la puerta, Emery permitió entrar a uno de ellos a quien amenazó con el rifle durante 10 minutos.

Poco después, el otro agente consiguió entrar y, aunque durante otros 10 minutos corrió la misma suerte que su compañero, al final consiguieron arrebatarle el arma que estaba cargada con cuatro cartuchos, uno e ellos en la recámara.

Asimismo, en el registro posterior, los funcionarios encontraron otra escopeta de las mismas características, tres rifles del calibre 22, otro de aire comprimido y dos sprays.

Tras una discusión familiar, Emery se parapetó en una ventana de su domicilio con una escopeta en la mano