Las principales causas de este "notable descenso" son la adjudicación de la remisión condicional de condena hasta dos años y la adopción de medidas sustitutivas del cumplimiento de la pena, comoentrar en un tratamiento de desintoxicación.

En cuanto al consumo de estupefacientes, Asunción afirmó que entre el 16 y el 20 por ciento son drogodependientes "que no pueden consumir drogas dentro de la cárcel", aunque "han consumido droga".

El secretario general de Asuntos Penitenciarios señaló, asimismo, que va descendiendo el porcentaje de población reclusa portadora del virus del SIDA. Del 28 por ciento en 1989 se ha pasado al 24 por ciento en 1990 y al 20 por ciento en 1991.

Asunción sealó que está disminuyendo el ingreso de jóvenes de 16 años en las prisiones, de modo que en 1991 había 562 en todo el Estado y en 1992 sólo han entrado 257. "Otra cosa es que envejece la población", apostilló.

El alto cargo de Justicia defendió la política de suprimir centros específicos para jóvenes, a cambio de que cada cárcel cuente con módulos para jóvenes, a fin de acercar el preso a su entorno social y familiar. "El mejor apoyo que tiene una persona privada de su libertad es su familia", afirmó. Antoni Asunción calificó de "magnífico resultado" la experiencia del módulo de Picassent (Valencia), donde conviven jóvenes de ambos sexos y tienen los mismos servicios ordinarios (educación, sanidad, etc.) que el resto de los ciudadanos, sólo que impartidos dentro de la cárcel. Anunció que esto es lo que Instituciones Penitenciarias pretende llevar también en el futuro a los presos adultos.

También se refirió a la necesidad de que el juez cuente con el asesoramiento de un informe o peritaje sobr las circunstancias de cada joven delincuente a la hora de determinar si le impone prisión condicional o preventiva.

El secretario general afirmó que, aunque el sistema penitenciario trata a los jóvenes con preferencia, es más fácil su recuperación cuando son adultos.