Así lo aseveró durante su comparecencia en la Comisión Mixta Congreso-Senado para la Coordinación y Seguimiento de la Estrategia Española para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en la que, tras los resultados obtenidos por el partido Chega en Portugal, quiso “ampliar el foco” para “atender” a un contexto internacional que consideró “cuanto menos preocupante”, en referencia también a la guerra en Ucrania o el conflicto en Gaza, que calificó de “genocidio insoportable contra el pueblo palestino”.

“Somos testigos cada día de niveles de violencia que causan estupor, asistimos en Portugal, pero en toda Europa y lo veremos en las próximas elecciones europeas, al auge de fuerzas autoritarias, xenófobas y reaccionarias", abundó, consciente, además, de que "en las próximas elecciones en los Estados Unidos planea la sombra del regreso a la presidencia de Donald Trump".

A este respecto, puntualizó que la “regresión” democrática “avanza” sobre el “trasfondo” de la crisis climática que, según su punto de vista, “se acelera de manera descontrolada” y “amenaza con desgarrar los fundamentos de nuestro contrato social y los ideales de libertad, igualdad y justicia”.

En la misma línea, se mostró convencido de que el solapamiento de las diferentes crisis que atenazan al mundo “componen un paisaje desolador, un espectáculo de violencia y desorden que genera angustia en la ciudadanía”.

“Frente a ello”, defendió que la “labor y tarea” de “todas las instituciones, todas las fuerzas, todos los actores políticos y sociales que defienden la democracia” deben ser “ofrecer un horizonte alternativo, ofrecer certidumbre, ofrecer bienestar y ofrecer justicia social”, si bien admitió que “solo lo conseguiremos si apuntalamos esa voluntad con acciones y compromisos firmes en nuestras políticas”.

En este sentido, recordó que la Agenda 2030 nació con el objetivo de “apuntalar un horizonte de esa naturaleza” y "era el compromiso” de 193 países que, en el año 2015, “ya expresaron una preocupación compartida frente a los grandes desafíos que definen nuestros tiempos”, como son, a su entender, entre otros, “vivir en paz, no temer al hambre ni a la enfermedad, respirar aire limpio, que los niños y las niñas vayan a la escuela, más igualdad entre hombres y mujeres y también entre clases sociales o habitar ciudades y entornos saludables".

A este respecto, urgió a asumir que, ante un presente "sacudido" por "la pobreza, la precariedad y la violencia", la "tarea" de la política "no puede ser negar la realidad, sino que es abordarla, reaccionar, actuar para garantizar la justicia y la libertad de todos". "Hacer posible, en definitiva, un futuro que ofrezca certidumbre en vez de angustias”, agregó.

Para Bustinduy, estos son, precisamente, los “compromisos” que expresa, “en su espíritu”, la Agenda 2030, consciente de que “son cuestiones esenciales y como tal requieren que los esfuerzos por llevarlos a cabo se hagan de la mano de las administraciones autonómicas y locales, de la academia, del sector privado y de la sociedad civil”.