BSCH. RATO EVITA ENFRENTARSE AL GOBIERNO LSO PERO ADVIERTE QUE LA LEGISLACION NACIONAL NO PUEDE CONTRADECIR A LA UE
- Señala que "no hay que dramatizar" la decisión de las autoridades portuguesas de boicotear el acuerdo con Champalimaud
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El vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, evitó hoy un enfrentamiento abierto entre gobiernos a cuenta del rechazo expresado por el Ejecutivo portugués a la alianza entre el grupo financiero español BSCH y el luso Champalimaud. No obstante, avirtió que las leyes nacionales no pueden contradecir a las europeas y que, si hay situaciones de este tipo, deciden en última instancia la Comisión Europea y los tribunales.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Rato dijo que "no hay que dramatizar" sobre la postura de las autoridades vecinas, pero se mostró rotundo en la defensa de las leyes europeas sobre la libre circulación de personas, capitales y mercancías.
"No es función del Gobierno", señaló, "decir si las decisiones el Gobierno portugués que afectan a ciudadanos europeos, son acordes o no con el ordenamiento jurídico", e incluso se mostró comprensivo con que un Ejecutivo compruebe si una operación privada de concentración empresarial puede afectar a la salud y libertad de sus mercados.
En cambio, fue meridianamente claro al señalar que "el funcionamiento del libre mercado es para que haya más libertad y no menos, en beneficio del empleo y de los consumidores. Y la defensa de los intereses nacionales es esa y no ora, en mi opinión",
Por ello, solicitó que "no saquemos las cosas de quicio", y apeló a la Comisión Europea y los tribunales de justicia, que son "los que tienen que decidir si una decisión concreta de un Gobierno es acorde con las leyes, como también una decisión concreta de grupos privados".
A juicio de Rato, "tan malo es considerar que todo lo no decidido por intervencionismo gubernamental no es bueno para la generalidad de la sociedad, como creer que la posición de los gobiernos en defensa dela legalidad está movida por intereses contra un determinado país, como puede ser el caso de España".
Rodrigo Rato dijo también que "debemos acostumbrarnos" a que los Gobiernos extranjeros analicen las operaciones de empresas españolas en el exterior, ya que cada vez son más activas internacionalmente y tienen una presencia más importante en los mercados.
"Debemos acostumbrarnos", opinó, "a que, como es natural, estén sometidas a las reglas de funcionamiento de los mercados y las reglas nacionale, que no pueden contravenir en la Unión Europea a las leyes de la libre competencia".
El vicepresidente fue claro al decir que la situación del BSCH y el Gobierno portugués no puede afectar a las relaciones de los dos países, pero sí adviertió que seguirá diciendo en los foros comunitarios y en el Consejo de Ministros de Economía europeos, que la consolidación del mercado interior y la libre circulación son garantías para que la Unión, no sólo tenga una moneda mundial, también una economía efciente y omparable a las más importantes del mundo, como la americana.
(SERVIMEDIA)
18 Jun 1999
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