La AUC es la entidad española que está promoviendo el uso de este formulario entre los consumidores y empresarios, para lo que ha editado 75.000 ejemplares, a los que hay que añadir otros 50.000 enviados por Bruselas.

El impreso consta de cuatro páginas y no puede ser modificado en absoluto, alvo el encabezamiento, donde puede colocarse el sello de una asociación empresarial, de consumidores o institución.

El resto del documento contiene espacios para identificar al reclamante y al profesional o comercio, para señalar en casillas numeradas el motivo de la reclamación, los justificantes y demás detalles de la compra o servicio.

En la cuarta página, el profesional tiene espacio para responder al consumidor y éste también dispone de un apartado para dar una contestación positiva o negatva a los argumentos del establecimiento.

Para que se produzca este diálogo -verdadero objetivo del impreso y de la UE- deben respetarse unos plazos (mínimo de 15 días) entre respuesta y respuesta, pero en cualquier caso el uso de este formulario es equivalente a los métodos vigentes de reclamación, como las hojas de reclamación, y su uso paraliza los plazos de prescripción legales, según precisó Hernández.

La AUC considera que este documento será especialmente práctico para aquellos productos o srvicios que, por su pequeña trascendencia, no sea viable recurrirlos por la vía judicial, como por ejemplo un problema de tintorería o un servicio defectuoso de un hotel.