En un encuentro con directivos de la compañía, Brufau vaticinó que, dada la actual coyuntura económica y el aumento de la demanda mundial de crudo, no sería extraño que el precio del petróleo se mantenga en el entorno de los actuales 120 dólares por barril o, incluso, suba más (hasta cerca de los 150 dólares).

Recordó, a este respecto, que los países emergentes consumen 1,5 millones de barriles de crudo más que los avanzados, que están reduciendo su consumo. Ante esta creciente demanda de países como Brasil o India, cabe prever, a su juicio, un crecimiento continuado de la demanda energética en los próximos años. "Es difícil pensar que se va a reducir en el futuro el consumo de petróleo y gas natural", añadió Brufau.

Además de la pujante demanda, se suma, en su opinión, la "inelasticidad" del consumo del petróleo, sobre todo en su uso para el transporte.

Ambos factores hacen necesario trabajar y "espabilar" en activos no convencionales como, por ejemplo, la exploración en aguas profundas.

Por otro lado, Brufau aludió al hecho de que, para que el modelo energético sea sostenible, es preciso contar con seguridad de suministro, acceso de la población a la energía y ejercer cierta presión sobre los costes.

Para el presidente de Repsol-YPF, compañía que hizo hoy públicos sus resultados del primer timestre del año, en el que ganó un 36,5% más que en el mismo periodo del año pasado, "el viento nos viene de popa".