Sólo una cuarta parte de los alimentos desechados y de sus envases serán reciclados, mientras que el resto se incinerará, generando grandes cantidades de gases de efecto invernadero, o se depositará en vertederos.

El Reino Unido recicla un 23% de los residuos que genera, un porcentaje muy inferior al de muchos países europeos, como es el caso de Noruega, donde se recicla el 68%.

La popularidad de regalos navideños como las nuevas televisiones de plasma y reproductores de DVD, podría dar lugar a enormes cantidades de residuos, ya que la mayoría de los británicos desecharán sus viejos reproductores de vídeo y CD.

Muchos de estos aparatos contienen metales, plásticos y gases que van a parar a vertederos sin tratamiento previo, con el consiguiente riesgo de contaminación de la atmósfera, los cauces fluviales y el subsuelo.

La Unión Europea podría emprender acciones legales en contra de Gran Bretaña en enero del próximo año, por el retraso en trasponer a su legislación la directiva europea sobre Reciclaje de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos.

Ante esta situación, algunas instituciones ya han emprendido acciones. Este es el caso del Consorcio Británico para la Venta al Pormenor, que representa a las principales cadenas de distribución, y ha iniciado conversaciones con el Ministerio de Medioambiente británico, para desarrollar productos más sostenibles.