Esta legislación establece la obligación para las empresas productoras de que sus carburantes para automoción emitan bajas cantidades de contaminantes como el humo, el monóxido de carbono y otras sustancias tóxicas y perjudiciales para la salud humana.

Entre 1999 y 2004, ambas compañías produjeron y distribuyeron en gasolineras y refinerías de todo el país gasolina que incumplía la normativa relativa al índice de evaporación en verano establecida por esta ley, cuyo objetivo es reducir de las emisiones de humos tóxicos generados por los carburantes.

BP tendrá que pagar una multa de 900.000 dólares por estos incumplimientos, y Shell otra de 600.000 dólares. Ambas compañías también adoptarán un amplio programa de medidas para garantizar cambios técnicos en equipos y procesos que permitan corregir las irregularidades denunciadas y evitar que vuelvan a producirse.

Con respecto a estas sanciones, Granta Y. Nakayama, responsable de combustibles de la Agencia de Protección de Medio Ambiente, ha subrayado que "todos los americanos se benefician cuando las empresas cumplen la normativa de combustibles, ya que esto contribuye a que los ciudadanos respiren un aire más limpio."