La nueva etiqueta, fabricada con tecnología óptica, incorporará una pequeña banda de aspecto metalizado, que incluye el logotipo y la palabra Rioja. Gracias al brilloy la nitidez que le dan los elementos ópticos que incluye, puede ser identificado por el consumidor con facilidad.

Este sistema ha sido probado ya con eficacia en varios billetes europeos de curso legal, lo que hace inimitables las nuevas etiquetas.

Desde mañana, el nuevo distintivo estará en las botellas de vino de crianza de 1998 y los vinos jóvenes de la cosecha 2000. A partir del próximo año, el nuevo etiquetado se extenderá a los vinos de reserva y gran reserva.

Además, el Consejo de Deominación de Origen Rioja lanzará durante el último trimestre de este año una campaña publicitaria, a nivel nacional e internacional, para familiarizar a los consumidores con la nueva etiqueta, que pretende garantizar la calidad de los vinos de Rioja.