Según informaron ambas entidades, la falta de agua en Turkana afecta doblemente a la vida y la salud de la población, ya que les impide beber y mantener unas condiciones adecuadas de higiene, así como cubrir las necesidades de sus animales, de los cuales se alimentan.

Turkana es zona semidesértica y está aislada del resto del país. Las temperaturas son altas y las lluvias muy escasas, tan solo unos 360 mm al año, por lo que la sequía es el principal obstáculo para el desarrollo de la zona.

Mediante esta iniciativa también se pretende capacitar a la población local para el mantenimiento y buen uso de las instalaciones, favoreciendo su cohesión como comunidad y contribuyendo a mejorar su producción ganadera.