Estas fuentes precisaron que los serbo-bosnios han tomado como rehenes a un total de 9 personas, miembros de dos equipos de observadores de la ONU.

Las fuentes consultadas indicaron que la finalidad de este incidente odría ser utilizar a los observadores como escudos humanos ante otro posible ataque aéreo por parte de las Naciones Unidas o emplearlos como arma de negociación.

Señalaron que esta toma de rehenes se produjo pocas horas después de que fuerzas serbias retuviesen en Sarajevo a unos 200 "cascos azules" que custodiaban una zona de armas pesadas bajo control de las Naciones Unidas.

El militar español estaba en la zon desde el 12 de febrero de 1995. El resto de los observadores españoles, 18 en total, ontinúan desempeñando su misión sin novedad, según el Ministerio de Defensa.

El jefe de los observadores militares, que depende directamente del Mando de las Fuerzas de Paz de Naciones Unidas para la antigua Yugoslavia, ubicado en Zagreb, es quién decide su despliegue, variando periódicamente su localización.

Las autoridades serbo-bosnias ya han retenido en anteriores ocasiones a observadores de la ONU y tras un período de negociación siempre han sido liberados.

El Ministerio de Defensa mantene a través de una célula de seguimiento un control "estrecho" de la situación, en contacto permanente con los mandos de Naciones Unidas en Croacia y Bosnia y con los mandos de los cascos azules españoles desplegados en la zona.