Borrell señaló que la solución inmediata para algunas de estas ciudades, entre las que volvió a destacar a Sevilla, es la instalación de tuberías que permitan llevarles agua desde embalses ya construidos y que se encuentran alejados de las mismas.

Respeco a Madrid, el ministro apuntó que si el presente año fuese tan seco como el 92 esta ciudad tendría también problemas de agua.

En cuanto al Plan Hidrológico Nacional, Borrell aseguró que a ninguna cuenca se le va a sustraer el agua que necesite para su desarrollo, pero que una vez cubiertas todas las necesidades no se puede permitir que el Ebro arroje al mar 2.500 metros cúbicos por minuto.

Borrell, que efectuó esta matización en respuesta a las críticas del Partido Aragonés Regionalista (PAR), mnifestó también en alusión a este grupo que "uno de los dramas de España es la tendencia al regional-populismo". El ministro advirtió que el Plan Hidrológico Nacional es una gran ocasión para hacer demagogia.

Durante el debate citado, Borrell se mostró contrario a las "desregulaciones a ultranza de los mercados del suelo y de la vivienda, como propone el Partido Popular". En su opinión, la ciudad es algo que el mercado "hace francamente mal", y puso como ejemplo para constatar esta opinión que "basta on asomarse a la periferia de Madrid". "Tenemos -dijo- unos bienes naturales escasos y eso exige una intervención del Estado".

CAJA POSTAL

El ministro de Obras Públicas opinó que el conjunto de la banca pública ha cumplido muy bien en el 92 con los objetivos de financiación que se le había asignado en el plan cuatrienal de la vivienda, con excepción de la Caja Postal que, a falta de los datos de diciembre -puntualizó-, no había cumplido el volumen de créditos que se le había fijado.

Por otra pate, señaló que las inversiones realizadas en la M-30 y en la M-40 (circunvalaciones de Madrid) son superiores a lo invertido en Sevilla, aunque se han resaltado menos por no haber estado asociadas a un evento como la Expo 92. En este sentido, Borrell criticó que la actual estructura territorial de España "se ha convertido en una máquina de declarar agravios".