Dicha reforma, señaló, introducirá varios artículos en la legislación española, para incorporar tanto la directva europea sobre separación entre infraestructura y gestión ferroviaria, como las futuras medidas liberalizadoras que adopten las autoridades de Bruselas.

Panadero precisó que en España ya se ha asumido el principio de separación contable entre las vías y la gestión del servicio, a través del contrato-programa firmado entre Renfe y el Estado hasta 1998, y que ahora se desea incorporar a la legislación nacional mediante la reforma de la ley.

Además, el borrador en el que trabaja Transportes, dejar la "puerta abierta" en la ley a las futuras modificaciones que decida Bruselas, como la reciente propuesta de la Comisión Europea de liberalizar el transporte ferroviario interno de mercancías, o la posterior apertura de fronteras al de viajeros.

"En cualquier caso", dijo Panadero, "la posición española será la de elaborar calendarios para ambas medidas que permiten dar tiempo a Renfe para sanearse, porque esto es prioritario para el Gobierno, y por tanto habrá que dejar agotarse el contrato-programacon la compañía que va encaminado en esa dirección".

Ahondando en su explicación, precisó que Renfe no tendrá competencia en las vías hasta el siglo XXI, ya que la prioridad del Gobierno en el transporte ferroviario es lograr el saneamiento económico y financiero de la compañía, antes de someterla a la libre competencia.

Según explicó el responable de Transporte, esto significa que la libre competencia para Renfe no llegará hasta el próximo siglo, ya que el acuerdo de la empresa con el Estado se gota el 31 de diciembre de 1988, y sólo a partir de esas fechas se puede empezar a pensar en la introducción de compètencia en las vías.