BORRELL ASEGURA QUE EL PLAN CONTRA LA SEQUIA PROVOCARA LA RESTRICCION DE OTRAS INVERSIONES EN SU MINISTERIO

- El ministro hace un llamamiento a la clase política para que no interfiera en la política hidráulica del Gobierno

MALAGA
SERVIMEDIA

El ministro de Obras Públicas y Medio Ambiente, José Borrell, aseguró esta mañana en Málaga que el paquete de obras urgentes contempladas en el "Plan Metasequía" obligarán a reducir otro tipo de inversiones características de su Ministerio.

Borrell, que esta mañana visitó las obras del trasvase de agua del Pantano de la Viñuela -en la zona oriental de la provincia de Málaga- a la capital, actuación que garantiza el suministro en la ciudad este verano con un aporte de 50 litros por segundos, indicó que su Ministerio se verá obligado a "restringir otros gastos" para poder sacar adelante los proyectos hidráulicos de emergencias aprobados por el Gobierno.

El Plan Metasequía prevé una inversión de 42.000 millones de pesetas, si bien el Ministerio de Hacienda sólo ha concedido 15.000 millones a través de un crédito extraodinario. La cuantía económica resntante tendrá que salir, según dijo Borrell, "de los presupuestos del Ministerio", lo que provocará el aplazamiento del nicio de otras actuaciones en infraestructuras.

En este sentido, el ministro sostuvo que "con 27.000 millones de pesetas menos habrá que hacer 27.000 millones menos de obras", si bien evitó pronunciarse por los proyectos que podrían sufrir una demora o ser paralizados "porque todavía no sé cuál va a ser el presupuesto del año que viene", asegurando que "la prioridad es la sequía".

"Las obras son muy costosas", dijo Borrell en relación al "Plan Metasequía", por lo que el MOPTMA tendrá que actuar "omo una familia que tiene gastos imprevistos y tiene que restringir otros gastos", a cuyo fin consideró oportuno que "el país deje de creer en los Reyes Magos".

Aún así, el ministro de Obras Públicas y Medio Ambiente volvió a insistir en Málaga en la necesidad de que los ciudadanos contribuyan a la financiación de las obras hidráulicas urgentes.

José Borrell dijo que "deberíamos entender que el agua es demasiado escasa y que por encima de la relación precio, tendríamos que hacer un esfuerzo adicinal por razones éticas, cívicas y por corresonsabilidad social" para después "hablar de los precios y fjar los costes".

"No es el ministro", dijo, "quien quere que la gente pague el agua cara", e indicó que la puesta en funcionamiento de las plantas desaladoras, cuya construcción fue aprobada el pasado viernes en Consejo de Ministros, "cuesta lo que cuesta, y hay que repercutirlo" en los consumidores a través de sus respectivos ayuntamientos "tal y como dice la Ley del Agua".

José Borrell señaló ue el coste de desalinización de un metro cúbico de agua del mar acarrea un gasto de 125 pesetas, al margen de la amortización de la construcción, obras de conexión y puesta en servicio.

LLAMAMIENTO

El ministro de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente hizo durante su visita al depósito de Arroyo Jaboneros, que recibe el agua procedente del Pantano de la Viñuela, un llamamiento a la clase política española, incluyendo a los miembros de su partido, para que no interfieran en las actuaciones de eergencia contra la sequía.

Borrell quiso de esta forma enviar un mensaje a responsables políticos como el presidente de Castilla La Mancha, José Bono, quien se ha mostrado e contra del trasvase Tajo-Segura, la alcaldesa de Cádiz, la popular Teófila Martínez, que ha criticado con dureza la inversión para que la provincia andaluza reciba agua a través de buques cisterna, o a los dirigentes políticos de Izquierda Unida en la provincia de Málaga, que se oponen a la realización de prospecciones en la Sierr de las Nieves, recientemente declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco.

En este sentido, el ministro dejó entrever que las manifestaciones y posicionamientos hechos públicos por los responsables políticos pueden provocar "alarmas sociales infundadas" entre aquellos ciudadanos que padecen problemas de sequía.

"Habría que hacer una llamada a la racionalidad y rogar a todos los partidos políticos y sus responsables que con el problema del agua no haga un populismo y una demagogia barata que pude hacerle mucho daño al país".

Para el ministro, los responsables públicos deberían "autoprohibirse contar las cosas de una manera inexacta, errónea o falsa", ya que, a su juicio, este tipo de actitudes podrían provocar "tensiones muy grandes". Borrell pidió que la clase política contribuya a "explicar las cosas como son y no hacer creer a la gente que van a soportar inconvenientes o problemas que muchas veces no existen".

(SERVIMEDIA)
06 Ago 1995
C