Borrell, que participó en las jornadas sobre "La empresa española ante la coyuntura de 1992", organizadas en Madrid por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), pus como ejemplo que "sólo uno de cada tres camiones van por autopista cuando existe una carretera alternativa".

En su opinión, sería "razonable" asumir pérdidas de explotación en las compañías de autopistas, si mediante una rebaja de los peajes aumentara el tráfico de automóviles. Añadió que fue un gran error privatizar las autopistas, porque los beneficios obtenidos por las rentables podrían utilizarse ahora para financiar las que tienen menos tráfico.

El ministro reconoció que España no alcanzaráel nivel infraestructuras de la media comunitaria en 15 ó 20 años, y señaló que la inversión en este capítulo debe mantenerse durante los próximos años al menos en sus niveles actuales, equivalente al 5 por ciento del PIB.

Borrell insistió en que es preciso establecer nuevos sistemas de financiación de las infraestructuras. Aclaró que no habrá peajes en las autovías ya construidas, pero dejó abierta esa posibilidad para las que se pongan en funcionamiento en el futuro.

También reclamó la "correspnsabilidad" financiera de las comunidades autónomas y los ayuntamientos en el mantenimiento de las carreteras, y abogó por una mayor colaboración entre el sector público y privado.

El ministro afirmó que dará prioridad al mantenimiento de las carreteras ya construidas, con preferencia a la construcción de otras nuevas y señaló que la preservación de la red actual de autopistas y autovías cuesta unos 200.000 millones de pesetas al año.

HUELGAS

Por otra parte, Borrell dijo que es necesario hacer catar la normativa existente en materia de huelga y reconoció que se incumple reiteradamente en aspectos fundamentales, como la realización de los servicios mínimos.

Comentó también la evolución de las tarifas de Telefónica y dijo que las internacionales tendrán que bajar para hacer frente a la competencia, pero que las urbanas deben reflejar sus costes.