BORRELL ABOGA POR EL DISEÑO DE UNA POLÍTICA COMÚN DE INMIGRACIÓN Y DEFIENDE EL TRATO HUMANO HACIA LOS ILEGALES
- Asegura que España ha salido del "rincón" de Europa donde le llevó Aznar, gracias al Gobierno socialista
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El presidente del Parlamento Europeo, el socialista Josep Borrell, abogó hoy por el diseño de una política común de inmigración, rechazó las acusaciones que se hacen al Gobierno español de provocar un "efecto llamada" con sus políticas y defendió el trato humano que se dispensa en España a los ilegales.
Borrell hizo estas manifestaciones en el Foro de la Nueva Sociedad, organizado por Nueva Economía Forum, con la colaboración de la Fundación Once y la Fundación Pfizer.
El político socialista aseguró ya en el turno de preguntas que el Gobierno español ha llevado a cabo "una regularización" de inmigrantes ilegales "imprescindible", que anteriormente ya habían acometido otros países europeos como Italia.
"No se puede tener a 600.000 personas convetidas en sombras fugaces que salen para trabajar y luego se esconden porque no existen y una sociedad llega un momento en que no puede aceptar un número tan importante de ilegales", sentenció.
La "distorsión" que produce en el mercado de trabajo una presencia tan importante de inmgrantes irregulares es "insostenible", dijo, y hace peligrar "la cohesión social", por lo que se hace necesario "impedir" que el número de imigrantes sea tan grande que haya que abordar nuevos procesos de regularización.
El presidente del Europarlamento no hizo crítica alguna al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero porque en materia de inmigración "hizo lo que tenía que hacer y hace también bien en pedir la ayuda europea, sabiendo que las políticas europeas en esa materia son muy pocas".
En su opinión, el reto en materia de inmigración es el diseño de una política integrada y común, no para dar respuesta a crisis concretas como la de las costas canarias, sino para afrontar con visión de futuro un fenómeno que nos acompañará durante décadas
En este momento, la política sobre inmigración no tiene dotación presupuestaria, ni la contemplan las instituciones comunitarias y, por tanto, "no exite" por lo que "el Gobierno hace bien en pedir, pero sabiendo lo que hay detrás de la puerta a la que llamamos".
No se trata tampoco de "pedir para España porque tenemos un problema", sino de pedir una política de inmigración "para todos, dotada con recursos suficientes para solucionar un problema duradero que será más grave cada verano. Hay 20 millones de subsaharianos que tienen que marcharse de sus casas porque el desierto les echa de ellas".
POLICÍA FEDERAL
Entre las medidas que implicaría esa política común en meteria de flujos migratorios debería figurar la creación e impulso de una auténtica policía de fronteras de corte federal en la Unión Europea, según explicó Borrell.
El político socialista rechazó las acusaciones que se hacen al Gobierno español de haber producido un "efecto llamada" con su política migratoria. Para el presidente del Europarlamento "España se puede sentir orgullosa del trato que damos a los inmigrantes que salvamos de la muerte en el mar y si cuando dicen que tenemos que disminuir el efecto llamada están diciendo que tenemos que tratarlos como en otros países europeos, yo digo que no".
Recordó que el Parlamento Europeo ha investigado el tratamiento que se da a los inmigrantes ilegales en distinos países de la UE y en esos informes se afirma que en España se trata a esos inmigrantes "como personas", mientras que en otros "los tratan como a los prisioneros de la edad media" y se preguntó si "¿en Malta hay menos efecto llamada porque les tratan peor?".
Las carencias en política migratoria son otro de losobstáculos al desarrollo de la UE que citó Borell. Aunque reconoció que hay corrientes que abogan por el buen funcionamiento de la Unión sin más pretensiones, el presidente de la Eurocámara se mostró más partidario de las reformas institucionales. "Las buenas políticas salen de las buenas instituciones", aseguró.
En este terreno, se mostró convencido de que España puede impulsar el diseño de esa política común, sobre todo después de haber salido del "rincón" en que el Gobierno de José María Aznar la había situado, a juicio del presidente del Parlamento Europeo.
"España quedó muy arrinconada y muy aislada con los anteriores Gobiernos (del PP)", tanto fue así que el relevo de Aznar por Zapatero al frente del Gobierno fue recibido con "un respiro de alivio" en la Unión.
"EUROFATIGA"
Borrell aseguró que, en estos momentos, se vive una etapa de "eurofatiga" acentuada por los problemas derivados de la última ampliación, que ha supuesto la transformación del proyecto europeo, los problemas derivados de la presión demográfica y la competencia económica y las crecientes demandas de los ciudadanos a la Unión Europea.
La nueva Unión tendrá que abordar en los próximos tiempos el diseño de una política exterior común con la diversidad de intereses que tienen sus miembros y extender y unificar políticas sociales que deberán ser la esencia de la Europa futura.
Entiende que estos retos sólo se pueden llevar a cabo con la reforma institucional de la UE de manera que sus centros de decisión sean más ágiles y quede desterrado el modelo de unanimidad que impide llegar a acuerdos y avanzar.
Pese a los problemas que describió en su discurso, Borrell se definió como un "optimista bien informado" y citó la integración de Turquía como uno de los retos importante de la UE para los próximos 15 años. Reconoció que nadie sabe ahora si Turquía acabará dentro de la UE, pero advirtió que, en ningún caso, se puede aludir a su condición de país musulmán para vetar su entrada.
(SERVIMEDIA)
18 Sep 2006
SGR