El aumento progresivo del consumo de alcohol y su ingestión cada vez a edad más temprana son las circunstancias que han llevado al Gobierno castellano manchego a adoptar esta medida, según una nota hecha pública hoy.

Con ella, el Ejecutivo que preside José Bono pretende atajar también las negativas consecuencias del lcohol no sólo en la salud, sino también en las relaciones laborales, personales y familiares.

En esta región, no podrán suministrar estas bebidas centros de eduación infantil primaria y secundaria, ni locales destinados a menores de edad. Las multas previstas por el incumplimiento de las normas van desde 10.000 pesetas a 10 millones, así como la clausura del local hasta un periodo máximo de dos años.