Bono dijo en su intervención que aunque entre los españoles "no todos compartirán" su política, puede estar seguro de que "en España, como en Francia", no deja "indiferente a nadie la eficacia de quien busca soluciones concretas a problemas concretos".

Subrayó que los españoles miran a Francia "con admiración" por su libertad cuando España vivía bajo la dictadura, por su "pacífica y sana laicidad" o por su victoria sobre el nazismo, pero también "con prevención" en ocasiones por motivos "fundados".

Tras un repaso histórido a los desencuentros entre ambos países, Bono aseguró que ya no hay "recelos" sino incluso colaboración en asuntos antes escabrosos como las políticas agrícolas europeas y de forma especial en la lucha contra ETA, que mereció los aplausos de la Cámara.

En nombre de todos los españoles, Bono reiteró la gratitud a Francia y a su presidente "por su personal implicación" contra ETA y por haber hecho que los terroristas no tengan ya "el santuario del que disfrutaron y teman por igual a los gendarmes franceses que a los guardias civiles o policías españoles".

Como ya hizo el Rey en su discurso en la cena de gala, Bono exhortó a Sarkozy a impulsar que por la frontera fluyan "más comunicaciones y más rápido", secundando así la demanda española para consolidar las interconexiones energéticas y de transporte.