Bono aportó estos datos ante la Comisión de Defensa del Congreso para tratar de poner en evidencia la doble actitud del PP, que ahora critica la venta de barcos y aviones militares al régimen de Hugo Chávez, cuando "antes de ayer" le estaba surtiendo de "armas".

Además, el ministro aseguró que el Gobierno del PP ya intentó en diciembre de 1999 que Izar vendiera al Gobierno venezolano un patrullero, como los que ahora se van a exportar.

De hecho, se firmó el contrato para la compra por parte de la Armada venezolana y un convenio financiero con el BBV, pero el Gobierno de Chávez se vio obligado a cancelarlo finalmente, en enero de 2000, porque no disponía de dinero por culpa de una catástrofe natural.

Bono criticó al líder de la oposición, Mariano Rajoy, por haber dicho recientemente que "nunca un gobierno del que él formara parte vendería armas a Venezuela", cuando está demostrado que lo hizo, "y no hace mucho tiempo", en 2003. "No han debido cambiar mucho las cosas" en ese país desde entonces, agregó.

El titular de Defensa indicó también que entre 2001 y 2003, el Gobierno autorizó ventas de armas a países como Marruecos, Angola, Pakistán, Irán, Israel, Arabia Saudí, Cuba, Túnez, Moldavia, Omán o Turquía, en los que "no entró a valorar" si hay dictaduras o cómo está en ellos la situación del respeto a los derechos humanos.

A quienes les preocupa la situación de los derechos humanos en Venezuela, "¿no les preocupa también en otros países" de esa lista?, se preguntó el ministro.

TANQUES QUE "NO EXISTIAN"

Por otra parte, Bono ofreció datos sobre la venta de 40 tanques y 20 obuses que el Gobierno de Aznar quiso hacer a Colombia, para demostrar que al final "no se pudieron vender, porque no existían".

Explicó que Colombia solicitó en noviembre de 2003 carros de combate "en buenas condiciones materiales y de precio". El 12 de diciembre, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Antonio Moreno, informó de que disponía de 44 carros AMX-30 operativos y que, juntando otros repartidos por distintas dependencias militares, se podían poner a disposición del ejército colombiano hasta 53 tanques y 32 cañones.

Unos días después, los días 19 y 23 de diciembre de 2003, se firman tres contratos entre ambos países para la venta de 41 carros de combate y 20 cañones de obús.

Sin embargo, una comisión militar colombiana enviada a España dictaminó, en febrero de 2004, que sólo 19 de esos carros de combate estaban "parcialmente operativos" y, en cuanto a los cañones, sólo había una pieza operativa, siempre según Bono.

Junto a este dictamen, se encargaron también sendos informes sobre la operación a Santa Bárbara, que "desaconsejó" la venta por falta de material, y a Izar, que valoró en más de dos millones de dólares el precio de los repuestos necesarios para toda la partida, cuando el precio total de la operación era de menos de un millón de dólares.

Y no sólo es que el precio de los recambios necesarios duplicara el de la operación en sí, prosiguió el ministro, sino que la comisión técnica también detectó que dichos repuestos no existían, ni siquiera en Francia, país de origen de los tanques.