Fuentes de la Ertzaintza explicaron a Servimedia que a esta conclusión puede llegarse tras analizar el tipo de artefacto colocado en Azpeitia y las circunstancias de este atentado, que causó escasos daños materiales.

Esta nueva acción de ETA fue perpetrada la mañana de este domingo, cuando un comunicante que hablaba en nombre de la banda etarra advertía de la colocación de un artefacto explosivo en un repetidor de telecomunicaciones ubicado en el monte Izarraitz, en Azpeitia.

Las fuentes consultadas explicaron que la llamada de los terroristas se produjo sobre las 11.00 horas del domingo, aunque la explosión tuvo lugar a primera hora del día. El escaso efecto de la deflagración de la bomba hizo que los ertzainas no encontraran nada en una primera búsqueda en el repetidor, por lo que debieron regresar en una segunda ocasión.

CIRCUITOS DIFERENTES

En esta segunda inspección la Policía vasca descubrió que el artefacto había provocado escasos daños en la puerta del repetidor. A este respecto, los análisis posteriores han permitido determinar que el artefacto podría contener unos tres kilogramos de amonal.

En este sentido, las investigaciones que está desarrollando la Ertzaintza han permitido determinar que la bomba de Azpeitia contaba con un reloj de la marca Casio y otro de la marca Omrom.

La existencia de este segundo componente lleva a la Policía vasca a pensar que el grupo que atentó en Azpeitia es distinto del que el pasado 24 de febrero colocó otro artefacto explosivo en un repetidor de televisión situado en el Monte de Arnotegi, de Bilbao. En este caso, la bomba contaba con un reloj Casio y con un circuito electrónico con el anagrama de ETA, lo que lo diferencia del artefacto de Azpeitia.

Esto lleva a pensar a investigadores de la Ertzaintza que el atentado de este domingo pudo ser cometido por un nuevo comando de la banda etarra, que está realizando los primeros atentados como preparación para futuras acciones criminales.