Esta iniciativa se suma a la adoptada por dos grandes cadenas de supermercados de Estados Unidos, Whole Foods y Wild Oats, que el pasado verano se comprometieron a no vender bacalao de profundidad capturado ilegalmente por flotas piratas.

Según Greenpeace, miles de toneladas de este tipo de bacalo son capturadas cada año en aguas de la Antártida, América del Sur, Australia y Nueva Zelanda. En algunas zonas, la pesca ilegal acapara el 90 po ciento del total de capturas.

La organización ecologista y algunos expertos mantienen que si persiste este ritmo de capturas, la especie podría extinguirse. Por este motivo, la pesca ilegal del bacalao de profundidad por barcos piratas es una de las cuestiones que se debatirá en la reunión anual de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos de la Antártida que el lunes se inició en Hobart (Australia).

Según Xavier Pastor, director ejecutivo de Greenpeace España, "los gobiernos responables de proteger los recursos vivos en la Antártida han sido incapaces de detener la sobreexplotación llevada a cabo por flotas piratas en estas aguas".

La organización ecologistas aplaudió la iniciativa de las grandes superficies comerciales de Inglaterra y EEUU, por entender que contribuirá a frenar la esquilmación del bacalao de profundidad.