El aparato, que llevaba a bordo un total de 16 pasajeros, se encontraba ya rodando por la pista de despegue cuando el comandante detectó una anomalía en el motor número uno, de los cuatro que tiene este modelo, por lo que decidió abortar el despegue. Los hechos ocurrieron a las dos y cuarto de la madrugada.

De los 166 pasajeros que viajaban en el avión de Iberia, 130 desembarcaron por las rampas de emergencia y los 36 restantes por las escalerillas.

Como consecuencia de la salida por las rampas, diez pasajeros sufrieron contusiones y tuviero que ser atendidos en el botiquín del aeropuerto, según la información facilitada por Iberia. Hacia las doce del mediodía, dos de las heridas, Irene Rovera y María Teresa de Diego, permanecían todavía en observación.

El resto de los pasajeros fueron trasladados a diversos hoteles madrileños, donde permanecen a la espera de reanudar su vuelo hacia Buenos Aires en otro avión.

Durante la mañana, trabajadores del aeropuerto realizaron el cambio de equipajes a otro avión y trasladaron el Boeing averiao a los hangares, donde será revisado y reparado.