En declaraciones a Servimedia, el responsable de la patronal de operadores turísticos explicó que aunque ambos acontecimientos tienen distinto carácter y no son comparables en sí, "desde el punto de vista turístico, de futuro, de promoción y relanzamiento de Madrid como destino", la boda real ofrece, a su juicio, las mismas o más posibilidades ara su sector que representaron los JJOO de la Ciudad Condal.

Martínez Millán insistió en que las agencias de viajes españolas y todo el sector turístico esperan "muchísimo" del enlace entre el príncipe Felipe y su prometida.

Agregó que Madrid podrá verse a partir del 22 de mayo, si la Administración y todos los sectores productivos se vuelcan en este acontecimiento, contando además con el carácter abierto que caracteriza a los madrileños, como una ciudad que puede concitar el interés de cualquiea que quiera organizar una boda, una convención o cualquier otro evento.

"No es tanto el negocio que se va a generar durante los días anteriores y posteriores a la boda del Príncipe, sino lo que esperamos que se rentabilice la proyección turística de Madrid en un futuro", dijo el presidente de la FEAAV.

A su juicio, la boda real puede ser "providencial", ya que la oferta hotelera en Madrid está sobredimensionada y el número de camas que se están generando en la capital son excesivas para la demana existente, por lo que éste puede ser el momento en que "se produzca el aumento de la demanda de ocupación y se reequilibren otra vez la oferta y la demanda".