Los ministros de Trabajo de los 27 estados de la Unión Europea aprobaron el pasado 9 de junio en Luxemburgo una propuesta de modificación de la Directiva Europea sobre Tiempo de Trabajo en la que se contempla la posibilidad de un incremento de la jornada laboral semanal, superando las 48 horas actuales, que podrán llegar hasta las 60 horas semanales y, en el caso de los trabajos con guardias, hasta las 65 horas.

Para el senador nacionalista Xosé Manuel Pérez Bouza, la propuesta representa "un retroceso social que va en la línea contraria de lo que se consiguió después de muchos años de lucha sindical".

La moción, que se debatirá en la Comisión de Trabajo e Inmigración del Senado, solicita también que esta resolución contraria sea trasladada a la Presidencia del Parlamento Europeo y a todos los Grupos Parlamentarios que actualmente conforman la cámara comunitaria.

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, se ha referido recientemente a esta propuesta de la Comisión Europea afirmando que "supone volver al siglo XIX".

En la misma línea que el BNG, Corbacho mostró su confianza en que "el Parlamento Europeo tenga la sensibilidad e inteligencia de modificar esa barbaridad porque de no hacerlo la distancia de los ciudadanos con respecto a Europa será mayor".