Javier Osés señala en su último carta pastoral en relación con el asesinato del concejal de Ermua y las posteriores reacciones que "hemos de analizar cuidadosamente este hecho, tan singular, porque también se mezclan algunos sentimientos que debemos vigilar".

"Sucede", agrega, "en la reacción de quienes, colmadas hasta los bordes sus medidas de aguante y paciencia ven, como única salida el que los ciudadanos nos tomemos la jusicia por nuestra mano; o la de quienes, respetuosos con una justicia, como poder del Estado, piensan que la solución sería el restablecimiento de la pena de muerte".

Sin embargo, el prelado indica que hay que respaldar la actitud de los ciudadanos que han optado por denunciar con firmeza los atentados contra la libertad y la democracia y por manifestarse con constancia y valentia, "pero sin claudicar sucumbiendo a tentaciones de venganza".