Blanco declaró en rueda de prensa que el PSOE quiere iniciar una nueva etapa política basada en el "diálogo", en el "entendimiento" y en la "búsqueda del consenso" con todos los grupos parlamentarios, incluido el PP.

Los contactos con los demás partidos abordarán tanto la búsqueda de apoyos para el debate de investidura, que se celebrará la segunda semana de abril, como el reparto de puestos en las mesas del Congreso y el Senado.

Blanco apuntó que el PSOE acude a esas reuniones "sin poner límites" y con la idea de "explorar" posibles alianzas de futuro para "dotar al Gobierno de la máxima estabilidad".

Una vez que José Antonio Alonso tome posesión como portavoz del PSOE en el Congreso se sumará a esas conversaciones, ya que a partir de ahora será la persona encargada de lidiar con los demás partidos.

Blanco explicó que la elección de Alonso, al igual que la de María del Carmen Silva en el Senado, pretende "abrir una nueva etapa" después de las elecciones generales del 9-M y adujo que ambos tienen "condiciones políticas" para conseguirlo.

Precisó que el PSOE aspira a "una España que progrese más y los españoles tengan una mejor calidad de vida, en la que haya más igualdad, más políticas sociales, más becas, mejores políticas sociales y en definitiva más bienestar".

Tras las reuniones de mañana con CiU y PNV, Blanco piensa citar el miércoles a Esquerra Republicana de Catalunya, a Izquierda Unida y a los demás partidos minoritarios, que estarán incluidos en el Grupo Mixto.

Blanco incluyó al Partido Popular en esta ronda de conversaciones, aunque ironizó que la oposición necesita "un tiempo" después de la derrota del 9-M para redefinir su estrategia y designar al que será su nuevo interlocutor, una vez que Eduardo Zaplana no piensa repetir como portavoz.

En este sentido, dio por hecho que el PP no pondrá reparos a la investidura de Zapatero y se abstendrá, ya que eso mismo fue lo que Mariano Rajoy pidió al PSOE durante la campaña electoral si él ganaba los comicios.

Blanco supuso que el PP se abstendrá en el debate de investidura "en correspondencia" con lo que pedía Mariano Rajoy, ya que la coherencia debería durarle "unas cuantas horas".