La primera prisión donde se adoptaron medidas especiales fue el penal cántabro de Santoña, donde el sábado fueron aislados los ocho presos de la banda terrorista, a quienes los comunes querían linchar. Entre las autoridades ha cundido el miedo a que prenda el ejemplo en otras cárceles.

Los directores de prisiones también están estudiando la reacción de los etarras presos después del asesinato de Miguel Angel Blanco Garrido, para saber si se desmarcarán de la bnda, como ha hecho José Antonio Carrasco.

Carrasco, natural de Lasarte (Guipúzcoa), donde el sábado fue tiroteado el concejal de Ermua, ha iniciado una huelga de hambre indefinida para protestar por el crimen y reclamar "la libertad y la vida".