A través de esta firma se pretende evitar problemas que presenta en la actualidad el sector de los arrendamientos urbanos tales como el impago o la determinación de las rentas y la resolución de contratos.

La inclusión de la figura del arbitraje permitirá que, si se llega a producir cualquier tipo de incumplimiento de un inquilino, el propietario del inmueble podrá recuperar la posesión del mismo en un periodo comprendido entre los tres y cuatro meses.

De este modo, tanto los propietarios como los inquilinos de una vivienda en régimen de alquiler conseguirán una mayor seguridad jurídica y una mayor rapidez en los procesos judiciales que puedan surgir.