En declaraciones a Servimedia, Osborne volvió a negar su presunta participación en negocios de contrabando de máquinas recreativas de juego o que haya cobrado comisiones por ejercer de intermediario en esos negocios.

El artista, natural de Jerez (Cádiz), se encuentra visiblemente molesto con quienes le han involucrado en negocios sucios, en clara alusión al jefe del Servicio de Vigilancia Aduanerade Cádiz, José Luis Pérez Quintero, y ha anunciado acciones legales en caso de que su imagen "se vea seriamente dañada".

Osborne lamenta que con estas acusaciones se haya levantado un escándalo del que se han hecho eco medios de comunicación de numerosos países.

"Creo que mi imagen comienza a ser dañada y esto es muy duro. No entiendo cómo hay gente que puede acusar con falta de datos y sin saber realmente el daño que puede ocasionar", matizó a esta agencia.

Bertín Osborne ha reconocido que ue socio constituyente de una sociedad en Venezuela junto al empresario jerezano Antonio Moscoso y admite que su relación con él se limitó a presentarle a un grupo de personas "para un asunto de caballos".

"¿Qué culpa tengo yo, por ejemplo, si algún amigo roba un coche? No es lógico que a mí, sin pruebas, también se me implique por el simple hecho de tener una relación de amistad con él", argumentó.

Antonio Moscoso, que fue detenido en los últimos días, está ahora en libertad bajo fianza y pesa sbre él la acusación de ser responsable de contrabando de 1.600 máquinas recreativas de juego y delito fiscal. El destino de las máquinas es Venezuela.