El sector del automóvil muestra a través de los resultados la aguda crisis en la que se encuentra. En el primer semestre de 1993 arroja una pérdidas totales de 24.570 millones de pesetas, mientras en el primer semstre de 1992, el conjunto de las empresas automovilísiticas cotizadas en bolsa tuvo uns beneficios de 11.748 millones de pesetas.

La banca, por el contrario, aumentó su beneficio en un 8 por cien respecto al primer semestre de 1992, lo que confirma su atractivo de cara a los inversores, en razón de que es un sector que resiste a la crisis y que es capaz de mantener beneficios incluso en los peores momentos del ciclo económico.

No ocurre lo mismo con las otras grandes entidades del sector financiero, las compañías de seguros que en su conjunto redujeron un 33,94 sus resultados ante de impuestos, a pesar de que se trata de una de las actividades que tiene un mayor potencial de crecimiento en nuestro país.

Los sectores vinculados a la construcción tuvieron una evolución muy negativa, en especial, el de cemento y material de construcción, cuyos resultados cayeron un 80,79 por cien. En el ámbito de las empresas de construcción e inmobiliarias, la caída de los resultados ha sido del 26,22 y el 34,49 por cien, respectivamente.

Es significativa la caída experimentada por el secto de papel y Artes Gráficas, de un 89,9 por cien. Este es un sector considerado por algunos analistas económicos como muy sensible a los ciclos económicos, hasta el punto de que suele utilizarse como indicador en cuanto a la evolución del ciclo económico.

En este sentido, los datos son más preocupantes en la medida que el deterioro de los resultados se traduce en un fuerte incremento de las pérdidas, al pasar de 7.633 millones en el primer trimestre de 1992 a los 14.502 millones del primer semestre de993.

Por otra parte, la plantilla media de las empresas cotizadas en bolsa disminuyó en el período citado en un 4,28 por cien, pasando de 751.791 empleados en el primer semestre de 1992 a 719.601 al final del mismo semestre de este año.