Estos beneficios suponen un decremento de un 70 por ciento con respecto al año anterior, algo que l entidad, según afirmó Huertes, ya esperaba y que se inscribe en el panorama general financiero español, que ha sufrido "un año negativo".

El director general de Caja España recordó asimismo la inversión que la entidad hizo el año 1994 con la compra de más de un centenar de oficinas del Banco de Fomento, lo que supuso un desembolso de más de 3.400 millones para amortizar activos materiales e inmateriales.

También tuvo gran incidencia la política de saneamiento, que ha supuesto unas dotaciones porvalor de 5.000 millones de pesetas. Los depósitos de clientes aumentaron durante el año pasado en un 34 por ciento, lo que sitúa este concepto en 844.000 millones de pesetas, 200.000 más que en 1993.

La inversión crediticia se situó por encima de los 451.000 millones, lo que supuso un incremento interanual del 43,5 por ciento, destacando el aumento de los créditos con garantía real que han tenido una variación absoluta de 40.000 millones. Huertes destacó también la reducción de la morosidad en tres putos, que ha pasado del 13,57 por ciento al 10,57%.