Este nuevo centro también tendrá como misión tratar las imágenes y fotos de los niños desaparecidos. Mediante las técnicas informáticas más modernas, se podrá conocer el aspecto actual de niños desaparecidos hace tiempo (meses o años).

No obstante, el centro no podrá acceder a datos policiales y judiciales sobre delincuetes sexuales ya condenados por agresiones a menores. Esto mismo ocurre en un centro similar existente en Estados Unidos.

La idea de crear este centro surgió del propio Gobierno belga, como respuesta a las multitudinarias manifestaciones populares que se desarrollaron en el otoño de 1996, en protesta por la desaparición y asesinato de dos niñas (Julie y Melisa) y la inaptitud de las autoridades para reaccionar.

El centro, inaugurado por los reyes de Bélgica, Alberto II y Paola, será dirigido por e antiguo responsable de socorro de la Cruz Roja belga, Christian Wiener. En él trabajarán, a partir de mañana, una veintena de personas.

Miembros de las familias afectadas por la desaparición de algunos de sus miembros intervendrán en el funcionamiento del nuevo organismo.