Sólo un 42% de los belgas con discapacidad en edad de trabajar tienen empleo, mientras que la media europea se sitúa en el 49%. Las autoridades belgas consideran que esto es debido a que cuando un discapacitado empieza a trabajar en aquel país, su pensión se ve reducida en un 90% del montante de su salario. Por ello, tan sólo 3.000 de los 75.000 beneficiarios de pensiones por discapacidad trabajan en Bélgica.

Para modificar esta situación, el Ejecutivo belga ha decidido que las personas con discapacidad que ejerzan una actividad laboral remunerada sólo vean reducidas sus pensiones entre un 50% y un 75% del montante de su salario.

Con esta medida, los ingresos medios de los discapacitados que se encuentren en esa situación, podrían experimentar un incremento cercano al 30%, según fuentes gubernamentales.