Ls expertos del BCH consideran que, tras la devaluación, la inflación aumentará este ejercicio un 4,5 por ciento, y advierten que no pueden descartarse nuevas presiones sobre la peseta como consecuencia de las tormentas que afectan a los mercados de divisas.

Como aspectos positivos, el BCH apunta "la previsible continuación de la moderación salarial" y "la rebaja de las cotizaciones a la Seguridad Social", que podrían contribuir a contener los precios, junto con la política restrictiva del Banco de Espña.

Los expertos de la entidad financiera señalan que el déficit público sigue siendo uno de los principales desequilibrios de la economía y que los mercados de divisas creen que el Presupuesto del Estado de 1995 es "escasamente restrictivo".

En cuanto a las cuentas del sector exterior, la nueva devaluación de la peseta podría favorecer una mejora del déficit comercial, si bien será "poco significativa".