Aunque confía en que las tasas de inflación desciendan a lo largo del año, debido a la comparación con los precios del crudo de 1999 (que a lo largo del ejercicio ya sufrieron un incremento considerable), recomienda a los responsables de política económica que no se limiten a seguir de cerca la evolución de los precios y tengan en cuenta "los riesgos para la estabilidad a medio plazo".

El BCE recuerda qu la mayoría de las previsiones económicas indican que este año y el siguiente la inflación se situará por debajo del 2%. Al mismo tiempo, aconseja que las subidas salariales "se mantengan en una línea de moderación y no contribuyan, a su vez, a generar expectativas de inflación".

De esta forma, la evolución salarial "no pondría en peligro el mantenimiento de la actual fase de expansión ni el logro de nuevas reducciones del elevado nivel de paro". Por otra parte, la entidad europea recomienda a los paíes del euro que aceleren el cumplimiento de los objetivos del Pacto de Estabilidad.

Aunque reconoce que la práctica totalidad de estas naciones han alcanzado los objetivos fijados para 1999, "la mayoría de ellas no aplicó una política de saneamiento activo, sino que confió en los efectos beneficiosos del aumento relativamente elevado de los ingresos y de la disminución de los pagos por intereses".

De esta forma, "varios países siguen sin alcanzar saldos presupuestarios próximos al equilibrio o alsuperávit". El BCE concluye que las condiciones económicas actuales son mejores de lo que lo fueron en toda la década anterior, debido a que el sólido crecimiento se está traduciendo en la reducción del paro.

"Una actitud vigilante, con el fin de contrarrestar los riesgos al alza sobre la estabilidad de los precios y la continuación del proceso de reformas estructurales, constituyen requisitos básicos para conseguir un periodo prolongado de fuerte expansión económica", finaliza el BCE.