"Esto son calumnias", dijo Rodríguez-Ponga a RNE, "y hay que decirlo con estas palabras; son calumnias, y, por tanto, estas informaciones las he pasado a los servicios jurídicos por si pudiera haber algún indicio que se pudiera dar cuenta a los tribunales".

A su juicio, no se puede permitir en la vida política española "que se lancen calumnias gratuitamente y que no pae nada". "Aquí, el que tenga algo que decir y grave, como son estas cosas, tendrá que probarlas. No puede ser que uno se tenga que estar defendiendo de acusaciones falsas", agregó.

Para Rodríguez-Ponga, no se pueden hacer acusaciones diciendo que se conocen cosas "que son imposible que se conocieran". Indicó que ha puesto el asunto en manos del servicio jurídico y "vamos a ver cómo evoluciona. De momento, ya he dicho que ni he dimitido ni pienso dimitir", subrayó.

Para el responsable de Hacienda,se está intentando culpar a través de su persona a todos los empleados del banco, "cuando únicamente parece que las irregularidades afectan a unas cuantas personas".

Rodríguez-Ponga explicó que trabajó en el BBV entre noviembre de 1992 y febrero de 1997, y que las cuentas ocultas se hicieron cinco años antes, en 1987. "Mi categoría laboral era de empleado de la asesoría fiscal, y no era empleado de la alta dirección, y, por eso, ni conocía ni podía conocer este asunto que sólamente afecta a unas cuants personas de la alta dirección", reiteró.