Así lo aseguró hoy el presidente de la entidad, Francisco González, durante su intervención en la junta general de accionistas de BBVA, celebrada en el Palacio Euskalduna de Bilbao, donde recordó que la política de RSC del grupo "ha tenido numerosos reconocimientos externos".

En este sentido, manifestó la importancia del denominado "dividendo social" en las acciones que lleva a cabo BBVA para aumentar el resultado financiero, variable que mide la creación de valor en los distintos grupos de interés del banco (accionistas, empleados y proveedores, entre otros).

Además, mostró su satisfacción por la "transformación"que ha sufrido el gobierno corporativo de la entidad en los últimos tres años de acuerdo con "los mejores estándares internacionales", aumentando los consejeros independientes, adoptando medidas "severas" para prevenir conflictos de intereses y garantizando la independencia de la comisión de nombramientos y retribuciones.

González explicó que en los últimos ejercicios la desregulación y la implantación de las nuevas tecnologías en los hogares "han creado mucha más competencia" y, como resultado de todo ello, "ha surgido un cliente nuevo, con más capacidad de elección y "que entiende la importancia de sus decisiones".

LAVADO DE DINERO Y TERRORISMO

En este marco, el grupo está adoptando iniciativas para prevenir el lavado de dinero a través de sociedades ubicadas en regiones que, por su laxa regulación, son propicias para desarrollar actividades ilícitas en materia tributaria, que normalmente son precedidas de delitos criminales.

A este respecto, BBVA trabaja para ayudar a las autoridades competentes a evitar la financiación de actividades terroristas a través de bancos con carácter transnacional, materia en la que la Unión Europea y Estados Unidos trabajan de forma conjunta.