El BBV considera que los costes derivados del acceso a la moneda única para las entidades bancarias serán más elevados que los previstos por la Federación Bancaria de la Unión Europea, que los cifraba entre 1,3 y 1,6 billones de pesetas.

El nuevo replanteamiento del negocio financiero comportará una competitividad creciente y la desaparición del denminado "velo bancario", por lo que las entidades deberán ajustar sus precios con los países más competitivos.

Según el BBV, el impacto será especialmente fuerte en los países "cuyos bancos y cajas de ahorro continúan arrastrando hábitos operativos de la época proteccionista".

Paralelamente, la moneda única provocará un "espectacular crecimiento" de los mercados de deuda pública que propiaciará un fuerte incremento de la desintermediación bancaria.