El BBV opina que la banca española tendrá problemas, al menos a corto plazo, para diseñar una política de precios coherente con el nuevo entorno más competitivo, como consecuencia de la rigidez de sus costes.

Entre éstos, destaca los derivados del sobredimensionamiento de sus plantillas y los gravamenes que pesan sobre sus depósitos y otros pasivos bancarios en forma de coeficientes obligatorios o de la tenencia de valores públicos con rendimientos inferiores a los del mercado.

A su uicio, "para hacer frente a esos obstáculos es necesario reestructurar y reducir costes, por lo que la reforma del sistema financiero tiene que ir de la mano de la liberalización de los movimientos de capitales".

El BBV critica también el sistema adoptado por el Gobierno para prevenir la evasión fiscal porque, en su opinión, "hace cómplice a la banca, implicándola en tareas de control y verificación que trasciende lo que puede ser norma habitual en los países comunitarios".

Para los expertos del BV, esto conduce a "unos textos legales confusos, cuando no contradictorios, que podrían ser objeto de reclamación en los tribunales comunitarios, tal y como en su día sucedió en Italia".

La liberalización de capitales, que permitirá solicitar créditos y abrir cuentas de depósito en bancos extranjeros, debía entrar en vigor el pasado 1 de enero, pero fue aplazada un mes a petición de la banca, según explicó el pasado 20 de diciembre el secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez.

La banca solictó el aplazamiento para poder distribuir a su red de oficinas las claves estadísticas y los fromatos que se remitirán a Hacienda con las operaciones realizadas por residentes y extranjeros.