LOS BARRIOS CON FUERTE INMIGRACIÓN VEN CON "RECELO"A LOS EXTRANJEROS
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La secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, presentó hoy el estudio "Inmigrantes en el barrio" que, editado por el Observatorio Permanente de la Inmigración, revela la existencia de una percepción negativa hacia la población extranjera por parte de los españoles pertenecientes a barrios de alta densidad de inmigración.
Las conclusiones de este libro, resultado de un análisis cualitativo de opinión pública realizado entre 2000 y 2004 entre vecinos de zonas con una alta concentración de inmigrantes de Madrid, Barcelona y Alicante, destaca la "sensación de invasión" con la que reaccionan los españoles que conviven con inmigrantes extranjeros.
Según indicó Rumí al comienzo de la reunión, el objetivo de la puesta en marcha de este informe es "dar voz y opinión a la población autóctona y, con menor extensión, a la población inmigrante de 11 barrios de estas ciudades para que expongan cómo el fenómeno ha modificado su entorno inmediato, los problemas que han surgido o cómo son sus relaciones".
Además, el estudio pone de manifiesto que estos sentimientos están muy relacionados con la percepción "real o imaginaria" del aumento de la delincuencia en dichas áreas, así como con la sensación de que "los gobiernos, independientemente de su color político, son incapaces de gestionar estos flujos".
En cuanto a las políticas de bienestar social, la población autóctona expresa sus quejas sobre la falta de respuesta de los gobiernos ante el incremento de población, centrándose en los problemas de saturación de los servicios de la sanidad pública, o las facilidades de acceso que encuentran los inmigrantes a servicios públicos, tales como guarderías o colegios estatales, dado su menor nivel de ingresos.
No obstante, una de las autoras de este informe, Berta Álvarez-Miranda, destacó que estas preocupaciones proceden mayoritariamente de la existencia de estereotipos relativos hacia el colectivo de extranjeros "en abstracto", mientras que, en los casos de contacto concreto con inmigrantes se da una aceptación "más o menos distante".
"El problema radica en que los estereotipos que se crean entre los autóctonos a partir de algunas experiencias negativas se generalizan y difunden mucho más que las experiencias positivas o neutras que la mayoría parece haber tenido con sus vecinos inmigrantes", añadió.
Sin embargo, tanto Álvarez-Miranda como la otra autora del estudio, Carmen González, apuntaron las expectativas que ambos colectivos, tanto inmigrantes como autóctonos, tienen sobre la evolución futura de estas relaciones, al imaginar "una sociedad más integrada en la que los actuales roces de la convivencia, la relativa escasez de trato, la competencia por el acceso a los servicios públicos y la extrañeza por las normas y costumbres ajenas se hayan difuminado".
"El libro es una buena oportunidad para dar a conocer algo que aún estamos a tiempo de evitar, como es la creación de guetos entre los miembros de una misma sociedad", destacó González.
(SERVIMEDIA)
07 Mar 2006
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